jueves, 4 de febrero de 2016

UN AÑO MÁS: 5 DE FEBRERO



Nada más y nada menos que 1765 años se cumplirán de aquel hecho que no solo cambiaría la historia de la ciudad de Catania, sino que también, siglos después, marcará son sello de oro la historia de la Villa de Sorihuela.

Si un 5 de febrero del año 251, en el rincón de aquella pequeña y húmeda prisión del palacio consular de Catania, se consumaba el martirio y se apagaba la vida para este mundo de la joven Águeda; un 5 de febrero, pero de 1235 (984 años después), el rey Fernando III “El Santo”, clavó el mástil de la bandera cristiana sobre este suelo, inspirado y fortalecido por el aliento de la misma joven Águeda.

Esta es nuestra tradición, esta es nuestra devoción, esta es nuestra historia y esta es nuestra identidad como pueblo. Esto es lo que nos disponemos a celebrar y lo hacemos en el marco del año jubilar de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco.

También nuestra Hermandad y Parroquia están de celebración, pues hace diez años, concretamente aquella lluviosa tarde del 3 de febrero del 2006, nuestro pueblo recibía la Reliquia de Santa Águeda que con orgullo custodiamos. Y cómo no recordar la noche del 10 de junio de aquel mismo año, cuando hacía su entrada en nuestra Villa la Santísima Virgen de la Fuensanta.

Año de celebración, año de recordar, motivos no nos faltan. Llega un nuevo 5 de febrero, día grande para los Sorihueleños, ¡el más grande seguramente! Abracémonos, olvidemos las minucias que nos diferencian y valoremos la importancia de todo lo que nos une. Prendamos de una mano a nuestra Patrona y de la otra a nuestros hermanos. Ella nos conducirá a Dios, a la Misericordia de Dios.

¡Viva Santa Águeda!

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